Tengo un cuerpo individual que en nada se transforma,
y soy desechable hasta la médula de los huesos.
*
Prefiero el infierno del caos al infierno del orden.
Les divierten libros que no están ilustrados.
Sólo son más amenos por frases especiales
marcadas con la uña o con un lápiz.
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Hora vacía.
Sorda, estéril.
Fondo de todas las horas.
*
Se me apagaron para siempre un par de estrellas.
Se me hundió en el mar una isla, otra.
Ni siquiera sé exactamente dónde dejé las garras,
quién trae mi piel, quién vive en mi concha.
Salté de mi pellejo, perdí vértebras y piernas,
me alejé de mis sentidos muchísimas veces.
Desde hace mucho cerré mi tercer ojo ante todo esto,
me despedí de todo con la aleta, me encogí de ramas.
Yo misma me sorprendo de mí misma, de lo poco que quedó
de mí: un individuo aislado, del género humano por ahora,
que sólo perdió su paraguas ayer en el tranvía.