Ginger and Rosa
No estar nunca del todo contenta,del todo segura, porque, en cualquier momento, la bestia se revolvería, aquel odio que, especialmente desde su enfermedad, conseguía que se sintiera arañada, herida en la columna vertebral, conseguía que le doliera el cuerpo y lograba que toda satisfacción provocada por la belleza, la amistad, por sentirse bien,por ser amada y tener un hogar agradable se tambaleara, se estremeciera y se doblegara como si de hecho hubiera un monstruo arrancándole las raíces.
Basta la rigidez del esqueleto de la costumbre para sostener la estructura humana. Donde no hay nada, el sentimiento se ahueca, completamente vacío por dentro.
Lo llamaba naturaleza muerta. Luego venían las visiones. Se había ahogado, decía, y estaba tumbado en una colina con la gaviotas chirriando por encima de él.
(La señora Dalloway, Virginia Woolf)
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